Como se avecina del fin de año, durante las próximas entregas propondré
alternativas para pasar una nochevieja diferente; se trata de destinos muy
diferentes entre sí, cada uno con su
encanto. Como este año el día de nochevieja está inmediatamente precedido del fin de semana, vamos a asumir que planeamos para los días
29, 30 y 31 de diciembre y 1 de enero.En esta oportunidad, hablaremos de Bruselas.
La capital de Bélgica se viste con sus mejores galas para
despedir el año. Su invierno sin ser benévolo no es tan crudo como por ejemplo
el de Berlín, y el hecho de ser un importante centro político y financiero hace
que la mayoría de sus plazas de hotel no estén ocupadas por sus clientes
habituales, lo que propicia que los hoteles lancen ofertas sustanciosas. Eso sí, hay que darse prisa para reservar.
La gente de Bruselas recibe el año en la Grand Place: todos
se congregan frente al reloj a esperar las doce campanadas, luego a disfrutar de los fuegos artificiales,
y finalmente a irse de fiesta. Mención
aparte para la mundialmente famosa cervecería Delirium Tremens y sus 2400 variedades de cerveza.
Que ver en Bruselas
El resto de nuestra estadía en Bruselas lo invertiremos en
visitar su famoso mercadillo navideño, en
recorrer el centro histórico, buscar a los famosos Manneken Pis y Jeanneken Pis
, y en desplazarnos hasta el
Atomium y la Mini Europa; estos dos se visitan juntos ya que están uno al lado del
otro.
El Atomium fue constriudo para la
Exposición Universal de 1958; concebido en su día como símbolo de modernidad,
hoy en día es el monumento más representativo de Bruselas. Mini Europa forma parte del complejo de
atracciones Bruparck, y está compuesta por 350 reproducciones de edificios
célebres de 80 ciudades europeas; las réplicas están construidas a escala 1/25.
Brujas y Gante, el complemento perfecto
Nos quedará tiempo para visitar al menos una dos ciudades,
Brujas y/o Gante. A ambas se accede desde Bruselas en tren, el trayecto hasta
Gante son unos 50 kilómetros, y hasta Brujas unos 100.
Brujas parece una ciudad
de cuento infantil, en ambiente en el famoso Markt es extraordinario. Otras atracciones son la plaza Burg y sus
canales, que le dan el apelativo de la Venecia del Norte; como es de suponer, en invierno están congelados.
Gante, en su día la segunda ciudad más importante de Europa
al norte de los Alpes, conserva mucho de esa herencia gloriosa. Los monumentos
más representativos de la ciudad son la
Catedral de San Bavón, la Atalaya o
Belfort y la torre de la iglesia de San Nicolás.
Para comer y beber
Además de la mención ya hecha a la cerveza, un gran aliado contra
las gélidas temperaturas es el vin chaud(vino tinto con especias como clavos y canela y calentado a poco menos de punto de
ebullición). Para quienes gustan de comer el plato típico de los lugares que
visitan, hay que pedir moules et frites (mejillones y patatas fritas, los
preparan de muchas maneras y están muy buenas). Y para los amantes de los
sabores dulces, tomando en cuenta que
esta es la tierra de los waffles(gofres) imprescindible pedir un “waffle on a stick”
Estuve en Bruselas el verano pasado, viajé con unos amigos y me encantó. Cierto es que en Bruselas sólo paramos dos días, el resto de días aprovechamos para coger el tren y visitar otras ciudades como Brujas, Gante y Amberes. Personalmente me gustaron todas, pero quizás por el ambiente festivo de aquel día, me gustó más Amberes. Junto a su catedral habían unos músicos que hicieron que se me pusieran los pelos de punta. Disfruté muchísimo, es un destino que recomiendo.
ResponderEliminarUn saludo.
Sara